El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

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martes, 20 de octubre de 2015

Níobe

Hija de Tántalo y la reina de Tebas. Su esposo el rey Anfión, era hijo de Zeus y estaba reconocido como un gran músico. Níobe tuvo la fortuna de tener seis hijos y seis hijas, todos ellos dotados de una hermosura y gracia excepcionales. Este hecho la llenaba de alegría y colmaba su felicidad.
Sin embargo Níobe, aunque feliz, también era tremendamente arrogante, cualidad que había aprendido de su padre. Así se jactaba siempre de las proezas de sus hijos, pero un dia llegó demasiado lejos al burlarse de la diosa Leto y considerarse superior a ella, puesto que ésta tenía sólo dos hijos, mientras ella tenía doce. La diosa escuchó sus palabras en el Monte Olimpo y decidió castigarla, por lo que solicitó la ayuda de sus amorosos hijos, los dioses Apolo y Ártemis, que dispararon sus flechas contra los hijos de Níobe, matándolos a todos. La apesadumbrada Níobe fue convertida en una piedra, la cual siempre estaba mojada por sus lágrimas.

La leyenda de Níobe parece estar inspirada en acontecimientos reales. Durante el reinado de su marido Anfión se desencadenó una peste que asoló la ciudad de Tebas; la familia real sucumbió a causa de la epidemia, excepto Níobe, que vio expirar a todos sus hijos. Esta tragedia la sumió en tal estado de desesperación, que durante días y días permaneció inmóvil, llorando como una roca azotada por el oleaje.
Este mito ha sido utilizado como tema literario desde la Antigüedad como tópico referente al desconsuelo ante la pérdida de los hijos.