El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes
El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

viernes, 11 de mayo de 2012

Andrómeda

Hija de Cefeo, rey de Etiopía, y de Casiopea o Casíope. Su madre se vanaglorió de ser más hermosa que todas las nereidas, aún siendo una de ellas, y esto motivó el enfado de Poseidón que asoló la región con terribles inundaciones y envío un monstruo desde el mar que los atacaba incesantemente.
Los reyes consultaron el oráculo de Ammón y éste estableció que solo se librarían de tales males si exponían a Andrómeda al terrible monstruo. sus padres e negaron pero viendo la desdicha de su pueblo, no tuvieron más remedio que aceptar, y decidieron atar a Andrómeda con cadenas a unos peñascos cercanos a la costa.
Sin embargo, justo cuando Andrómeda estaba a punto de ser atacada por la bestia, el héroe Perseo, que regresaba a su patria tras su aventura contra Medusa, la divisó y, ante su belleza, prometió a  sus padres liberarla y deshacerse del monstruo a cambio de que le entregasen la mano de su hija. Cefeo y Casiopea aceptaron sin dudarlo y, finamente, se celebró la boda. Andrómeda y Perseo fueron muy felces junntos y, tras su muerte, se convirtieron en constelaciones por mediación de Atenea.


Con el título de Andrómeda y Perseo existe en el Museo del Prado un cuadro de Rubens de 1639/40. Lo dejó sin acabar porque le sorprendió a muerte, fue terminado por Jacobs Jordaens. Las figuras son de cuerpo entero tamaño natural. Perseo armado de punta en blanco como un caballero del siglo XVI, desliga presuroso las ataduras que sujetan a la bella Andrómeda sobre una roca. La hija del rey de Etiopía, enteramente desnuda, dirige la mirada a su libertador, sobre el cual revolotean unos amorcillos. El fondo del cuadro le constituyen unas playas por las que galopa el caballo Pegaso. La figura de Andrómeda  es un prodigio, no sólo por su actitud graciosa y elegante, sino por la manera magistral como  está pintada. Difícilmente se encontrará entre las academias de Rubens otra que mejor exprese las palpitaciones de la carne. La composición ofrece un conjunto agradable y demuestra el gran genio de su autor, que supo vencer las dificultades que ofrece el dibujo de dos figuras de pie en un lienzo alto que ancho. Procede este cuadro de la colección de Carlos III en el Real Alcázar de Madrid.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Las Amazonas

Las amazonas era un grupo de mujeres guerreras, supuestamente hijas de Ares, dios de la guerra, siendo su madre en la mayoría de los casos, Harmonia. Se gobernaban, en su reino situado a las orillas del río Termodonte, en Capadocia, sin la presencia de varón alguno, teniendo como poder máximo una reina elegida periódicamente entre ellas. Parece ser que sus territorios se extendían en la zna del río Tanis, en la actualidad el río Don, pero que Afrodita, disgustada por sus rudas actitudes, las obligó a trasladarse a Capadocia.
Solo se reunían una vez al año con hombres extranjeros con el objetivo de perpetuar su continuidad. Si los bebes nacidos eran varones, los mataban o, en muy pocos casos, los entregaban a sus respectivos padres. Parece ser que a las niñas, cuando se desarrollaban, se les cortaba o quemaba un pecho para que pudieran manejar mejor el arco. Esta  creencia se basa en el hecho de que en griego, su nombre significa "sin senos".
Las amazonas, cuya existencia parece tener fundamentos históricos, rendían un culto especial a la diosa Artemis, pues la consideraban su afín, al ser cazadora y virgen. Sus ocupaciones eran la caza y la guerra; sus armas el arco, la lanza, el hacha, un escudo partido con la forma aproximada de una medialuna llamado pelta,  y un casco, cuyo modelo anterior a la cultura griega fue aparentemente la diosa Atenea. En el arte posterior se acercaron al modelo de Artemis, que llevaba un vestido fino, sujeto por arriba para mayor rapidez, mientras que en vasijas pintadas posteriores su vestido es con frecuencia peculiarmente persa, es decir, pantalones ajustados y un sombrero alto llamado cidaris. Solían montar a cabalo, aunque a veces iban a pie. La batalla entre Teseo y las Amazonas es un tema favorito en los frisos de los templos (por ejemplo, los relieves del friso del Templo de Apolo en Basas, actualmente en el Museo Británico) y en relieves de vasijas y sarcófagos. En Atenas se representaba en el escudo de la estatua de Ateneas Partenos y en murales en el Teseion y en el Stoa Poikile. También había tres tipos de estatuas de amazonas estándar.

Existen varios acontecimientos en los que se cree anticiparon las amazonas: la invasión de Licia, siendo rechazadas por Belerofonte; la invasión de Frigia; la lucha contra Heracles por el cinturón de Hipólita, reina de la tribu; la ayuda a Príamo en la guerra de Troya siendo reina Pentesilea y una expedición a la isla  de Leuce, entre otras aventuras. Según algunas versiones fueron las fundadoras de ciudades como Cime, Éfeso, Esmirna y Paos.
Aunque Estrabón se muestra escéptico sobre su historicidad, en general las amazonas siguieron considerándose históricas durante la antigüedad tardía. Varios Padres de la Iglesia hablan de ellas como personas reales. Solino abraza la versión de Plinio el Viejo. Bajo Aureliano, las mujeres godas capturadas eran identificadas como amazonas. Los autores medievales continuaron así la tradición de ubicar a las amazonas en el norte, situándolas Adán de Bremen en el mar Báltico y Pablo el Diácono en el corazón de Germania.



Amazonomaquia de Pedro Pablo Rubens de 1577-1640.